gran danés marrón
A menudo escuchamos que el hogar es donde está el corazón. Esto no podría significar más para quienes viven en las calles o, en el caso de Judy, debajo de un puente. Sin cuatro paredes ni techo, cualquier sensación de hogar es una bendición y, afortunadamente, Judy tiene tres: sus perros Melody Anastasia y Roxie. La mantienen tranquila y la hacen sentir segura. Ella no los ve como mascotas sino como sus hijos. La mayoría de la gente asume que ella no puede cuidar de ellos, pero lo que captamos en la película fue la refrescante y sorprendente historia de una familia que sobrevive cada día con poco más que el uno del otro. Esta familia se presenta como parte de la exhibición Los perros son mi hogar en el Museo Nacional de Animales y Sociedad en Los Ángeles. Para más información visita museodeanimals.org.
Un programa de bromas cambia la vida de las personas sin hogar y sus mascotas
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